8GR 25MM // VICTORIA ADAME
La fotografía debe ir más allá de lo obvio, superar los decálogos, los formalismos y las costumbres. Se trata de un lenguaje con el que expresar lo que sucede, incluso cuando eso puede "atacar" la esencia misma de la fotografía, pasándose por alto muchas de las "normas básicas" , así es 8GR 25MM -la medida del ojo humano-.
Recuerdo mi época de estudiante en la que teníamos que aprender cómo enfocar, de varias maneras posibles, nos argumentaban las razones por las que era obligado enfocar, pero no recuerdo que se nos hablara de esas excepciones que confirmaban la regla, en la que el fondo es, si cabe, más importante que la forma.
Pretendo hacer cómplice al espectador que no lo es invitándole a ver el mundo de otra manera. Algunas de las imágenes, evidentemente movidas, nos permiten adivinar qué es lo que había delante de la cámara. Puestas una detrás de otra las imágenes forman un adictivo e hipnótico recorrido que estimula la curiosidad y nos lleva a querer saber si lo que creemos que vemos es realmente lo que había delante.
Más allá del evidente juego visual, 8gr 25mm nos invita a reflexionar sobre el aplastante peso que la visión tiene en nuestra forma de entender el mundo. La muestra está divida en diferentes series fotográficas.
Mientras observo las paredes de las calles del casco antiguo, veo las cicatrices de mi ciudad donde subyace y emerge el mensaje escondido, imposible de borrar del todo. Voy encontrando imágenes muy sugerentes que dan lugar, por su carácter no figurativo, a múltiples respuestas. Imagino formas que se ven en las manchas, como cuando uno identifica cosas en las nubes o en las brasas. La interpretación de manchas casuales de tinta, humedad o pintura tiene múltiples precedentes y una gran relación entre el arte de hoy y la estética pasada. La fidelidad a las tradiciones comporta en este caso la afirmación de lo perdido u olvidado, que solamente viene a ser validado si se logra replantearse con un nuevo sentido. Mucho color, futurismo, reto a esquemas pasados, por mencionar parte de la esencia es la principal línea de este proyecto.
Collar abstracto
Miniaturas fotográficas de una serie de abstract. Son miniaturas sobre metal en impresión reducida. Consiste en una interpretación de manchas casuales de tinta, humedad o pintura sobre las paredes de diferentes ciudades con múltiples precedentes y una gran relación entre el hoy y la estética pasada. Hay veces que algo solamente viene a ser validado si se logra replantear con un nuevo sentido.
2)(IN) GRÁVITA (In) grávita es una experiencia de autoconocimiento surgida a través de la fotografía. En esta serie utilizo la cámara como una herramienta, a través de ella intento dar sentido a todo lo que me rodea. Se trata de una reflexión, una metáfora sobre el paso del tiempo, una visión atemporal, una manera de hablar del deterioro, de la madurez, la fragilidad y vulnerabilidad del ser humano, y de uno mismo. NOTA: Esta serie la saco en LIENZO TELA para que se pueda colgar con pinzas a modo tendedero. (como he visto en la sala virtual).
Sabre el trabajo de la artista //
DISSONANCE
Artículo por Joaquín Pérez Azaústre
Siempre hay un elemento de acción y de sorpresa en la fotografía de Victoria Adame. Fotografía en acción lírica, como escritura en marcha de una imagen que guarda su sorpresa intermitente, incluso incandescente, en sus restos de vida perfilados sobre un eco de tiempo. La perfección técnica, si existe, es fruto del esfuerzo concienzudo, la determinación en la mirada de esta mujer que avanza en la conquista de una realidad, ya sea en su serie El tiempo mientras tanto, en Circo o en Miopía. Cuando la poética interior de cada propuesta es tan fuerte, tan sólida en concepto y concreción a través de cada parpadeo, en principio no resultaría una tarea fácil enlazarlas en un único trazo. Sin embargo, los auténticos creadores - y Victoria Adame lo es- saben imprimir en sus discursos un deslumbramiento personal que luego se convierte en sello propio, en la pureza anímica de un alma que no requiere convertirse en marca, porque se afirma en su autenticidad. Comprendo esa pasión y por eso me gusta escribir desde aquí, asomado a sus visiones de serena firmeza y gran plasticidad, con esa soledad de los paisajes urbanos derruidos que quedaron atrás, con sus propias historias atisbadas en grietas o en objetos dueños de su abandono. Podemos demorarnos en esa cantidad de símbolos que encierran, pasadizos que llevan de un escenario a otro, de una emoción a otra, de un descubrimiento con temblor al azar de encontrar un fulgor nuevo en cualquier mediodía prodigioso. Hay belleza vertical y asombro, hay también un pulso y hay dolor, pero con la esperanza en el acecho tras esas siluetas que en un circo de infinita tristeza aguardan el destello de un cielo sin barro. Hay cine, hay Paris-Texas, hay música interior de rostros solitarios que ya se han exiliado de su escena, hay desencanto y fiebre en la escritura en marcha de la imagen de Victoria Adame. Son fotografías, son poemas, son historias que acaban de escribirse en tu retina, abierta a un nuevo mundo, que ahora te tiene a ti por personaje.
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