SILVIA HOFFMANN // LA MUJER Y LA ARTISTA
Obra original Silvia Hoffmann©
Silvia Hoffmann, la mujer y la artista viven con la misma intensidad de emoción y de serenidad. El arte pasa a través de la vida. Y esa vida interna es demasiado intensa para que el lenguaje plástico se independice y se desentienda de ella.
_ Desde sus comienzos como acuarelista, donde las formas fluyen con el agua, ¿cómo llega a la ejecución de murales de gran tamaño?
SH: La ejecución de murales en vastas dimensiones representan para mí un gran desafío. Los encargos de casas particulares, de bodegas, de posadas me resultaron una actividad creativa muy placentera y extendida en el tiempo. Muchos de los trabajos fueron realizados en Buenos Aires, Madrid, Roma, Brasil (Tibau do Sul) y en Mendoza donde, entre otros trabajos, tuve la oportunidad de pintar la totalidad de los muros y techos de la capilla “Nuestra Señora de la Merced”.
_ ¿Cómo se conjuga el ímpetu creador con el duende del vino?
SH: Con el trabajo en estrecha relación con las bodegas, intervengo cajas de vino de alta gama y diseño imágenes para etiquetas de vinos premium. También, los murales aportan carácter y colaboran en la identidad de destacados espacios de las bodegas.
_ ¿Cómo llega a expresarse con esos brillantes tonos en un soporte tan etéreo y traslúcido como la organza?
SH: Es una historia algo simpática. En Madrid, un sábado de lluvia sin material sobre el cual pintar, decidí hacerlo sobre una cortina de organza que encontré en un placard. Así, por azar, me adentré en un nuevo camino pictórico por el que transito actualmente. Sobre la organza he desarrollado técnicas que me han permitido imprimirle los colores y efectos que tan noble soporte merece.
_ El empleo de la organza como soporte, ¿qué valor le aporta al proceso creativo?
SH: Como se trata de una obra intimista, donde la armonía, las veladuras y las transparencias están al servicio de lo recién concebido, de lo que va a ser, la obra permanece exprofeso en un estado embrionario. Con el aporte de la transparencia y la etereidad, ella no alcanzará nunca su forma definitiva. Se disuelven las formas que resultan inciertas, sin mayor propósito figurativo, sólo como una insinuación.
_ ¿Qué espera obtener desde la variedad de la paleta?
SH: Desde el punto de vista cromático, intento crear una atmósfera sutil cuya función es transmitir los estados del alma.
_ La suya es una obra plena de sugerencias. ¿Qué papel le asigna al espectador?
SH: Busco su complicidad. Así, el hacer pictórico se convierte en un “espectáculo”, término que proviene del latín spectare, observar, mirar con atención. Existe entonces una apelación al receptor. Es fundamental su mirada frente al trabajo del artista, ya que el proceso creativo no queda consumado hasta que los espectadores internalizan y animan la obra. La siguiente cita expresa cabalmente mi sentir frente al espectador:
“El triunfo se evidencia sólo si mi pincel lo roza y captura su mirada; el fracaso si el camino se bifurca y somos dos extraviados en la bruma.”
Obra original Silvia Hoffmann©
Silvia Hoffmann en su estudio // Fotografía cortesía de la artista
Para seguir de cerca a la artista aquí.