REBECA VIAUD // VELÁZQUEZ VIVO EN EL SALVADOR
¡Sí, Velázquez vive en El Salvador!
Diego Velázquez y su magnificencia inmortal, vive, a través de las cadenas y los lazos invisibles del arte, en Centroamérica, en este caso, en El Salvador. Su legado ha trascendido fronteras desde mucho antes de que la tecnología trajera a la palma de nuestras manos la alternativa de poder viajar virtualmente por mundo entero visitando museos y galerías de arte con un simple clic sin la necesidad de salir de casa.
Se dice de Diego Velázquez, entre otras cosas, que fue una fuerte influencia para artistas españoles de finales del siglo XIX y de principios del siglo XX. A este período de tiempo pertenece el artista español Valero Lecha, quien, impregnado con la herencia del arte español, de sus máximos representantes, llega a América y termina radicando en El Salvador, lugar en donde funda una academia de dibujo y pintura.
El equipaje artístico con el que Lecha llega y se establece en El Salvador, recoge el legado de Velázquez y herencia que también llega a él a través de su maestro Cecilio Plá y Gallardo, con quien tomó clases en su estudio privado y quien a su vez fue alumno de Emilio Sala, y, por qué no decirlo, coetáneos y amigos de Sorolla.
La academia de dibujo y pintura fundada por Valero Lecha en El Salvador marcó culturalmente al país centroamericano, tanto así, que Lecha ha llegado a ser reconocido como Padre del Arte Salvadoreño. En su espacio se formaron muchos de los hoy conocidos Maestros del arte salvadoreño, entre ellos destacan, Julia Díaz, Raúl Elas Reyes (Raúl Elías Reyes), Rosa Mena Valenzuela, Conchita Kuny Mena, entre otros, dejando cada uno de ellos una huella que perdura…
Específicamente en el caso de Kuny Mena, Velázquez llega a ella mucho antes de su ingreso a la academia de Valero Lecha, pues desde muy temprana edad admiró, a través de material impreso, las obras de Velázquez. Fue tanta su admiración por la obra y la destreza del artista español, que ello la llevó a rendirle homenaje, plasmando en uno de sus lienzos titulado Velázquez y yo (2001) su versión de la famosa obra Las Meninas en la que, además de retratarse ella siendo niña, incluyó algunos de los elementos característicos en su pintura como el aguacate y la bolsa de papel.
La obra refleja un paralelismo, la herencia mutua, contextos que se entrelazan, mundos que convergen y que llegan a compartir los frutos, frutos representados en los aguacates y la presencia del Toisón de Oro doblemente en la obra.
Velázquez continúa pues presente, vive a través de los lazos invisibles del arte que unen naciones, derriban fronteras, atraviesan océanos, que hablan un mismo lenguaje…
Rebeca Viaud
Artista | Comisaria | Gestora cultural
rebeca.viaud@gmail.com