MATA MUA REGRESA A CASA // SU PECULIAR IR Y VENIR

El cuadro más importante de la colección del Museo Thyssen Bornemisza regresa a Madrid. Este regreso que se producirá un día y medio antes de que la baronesa Carmen Thyssen y el ministro de Cultura, Miquel Iceta, pongan fin a diez años de negociaciones por el alquiler de la colección de la aristócrata.

El cuadro de Paul Gauguin ha sido buscado en varias ocasiones por la coleccionista y el que fuera su marido, doble y triplemente comprado, subastado y vuelto a comprar a herederos de la familia, el cuadro que a multiplicado su valor desde la primera vez que entró a la colección del Thyssen se puede ver ya en el museo madrileño.

Mata Mua / Paul Gauguin // Museo Thyssen-Bornemisza ©

En un paisaje idílico cerrado por montañas, varias mujeres adoran a Hina, deidad de la luna. En primer término, una mujer toca la flauta. A la izquierda, separado por un gran tronco de árbol que divide la composición a modo de bisagra, un segundo grupo baila alrededor de la diosa. Gauguin marchó a Tahití en 1891 con el propósito de buscar inspiración artística en los pueblos primitivos, desarrollados al margen de la civilización occidental. Sin embargo, lo que encontró tan sólo eran restos de un pasado glorioso, para entonces en vías de extinción. Mata Mua (Érase una vez) es un canto a la vida originaria que tanto ansiaba encontrar el pintor francés. Pintada en vivos colores planos, al margen de cualquier pretensión naturalista, supone un canto a la edad de oro perdida. Texto Original Museo Thyssen-Bornemisza

Ramón Jiménez Lobo